CONOCIENDO A LOS FUTUROS DIÁCONOS
entrevista a un diacono
Hola, soy Florentino Cortés Domínguez y estoy en el último curso de Estudios Eclesiásticos. Llevó seis años en el Seminario. A punto de ser ordenado diácono quiero dar gracias al Señor por los magníficos padres que me ha dado. Por mi madre Purificación y mi padre Florentino (murió en 2005), ambos naturales de Feás en el ayuntamiento de Boborás (Carballino) que me mostraron su comprensión y apoyo durante estos años. También a mi abuela Palmira por sus rezos y preocupaciones.
Además a mi cura párroco Don Ramón y a todas las personas de Feás. Sin vuestras oraciones y cercanía me hubiese sido imposible llegar a esta meta.
Y, por último, dar gracias al Señor por haberme llamado para su servicio. Estos años de largo caminar rumbo a la meta han sido difíciles y arduos. Con tu ayuda Jesucristo he llegado a este paso tan importante en mi vida. Que tu gracia no me abandone nunca.
JACOBO
¿Donde naciste?
Nací en Orense en el año 1982.
¿Cual es tu parroquia?
Aunque me bauticé en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima el 13 de mayo del año 1982, mi parroquia es Santo Domingo, que a decir verdad, es la iglesia donde más misas se celebran en la toda Diócesis.
¿Donde estudiaste?
La primaria la cursé en el colegio de las Franciscanas, luego, para secundaria fui a los Salesianos y acabé los estudios superiores en el Instituto Otero Pedrayo. Antes de venir al seminario, inicié los estudios de Psicología en la UNED.
¿Qué hobbys tienes?
Quizás caiga en el tópico; la lectura, escuchar música, el cine y tomar algo con los amigos.
Dime un libro, una película y una canción que te guste especialmente...
Sobre libros es casi imposible escoger alguno en concreto, te diría que me gusto bastante el “Peregrino ruso”, en cuanto a películas, si tuviese que elegir una en concreto, tal vez diría, “El milagro de Anna Sullivan”, que considero un clásico. Una cancion, pues la de Titanic, “my heart will go on”.
¿Cómo surgió en ti la vocación?
Pienso que la vocación es un proceso de toda la vida. Pero trataré de contar, a grandes rasgos, las mediaciones de las que Dios se sirvió para moverme a entrar en el seminario. En primer lugar, tengo que decir que hubo un momento en mi vida en la que la oración se fue haciendo en mí un hábito, de tal manera que empecé ha gustar de las cosas espirituales. Fue entonces cuando en una confesión, un sacerdote me propuso la posibilidad de ser sacerdote. Yo no le di vueltas al asunto, sino que lo dejé pasar. Por este tiempo empecé a leer libros de piedad, y entre ellos me encontré con uno que hablaba sobre el sacerdocio, si mal no recuerdo se titulaba: “¿seré sacerdote?”. Con este libro es cuando comencé a dudar si Dios me llamaba por un camino que yo desconocía. Durante este periodo de inquietudes, pensé que era necesario confrontarlo, y entonces oré al Señor para que me aclarase mis dudas. Es entonces, cuando mi madre me aconsejó que hablara con un sacerdote de confianza. Así lo hice, y éste me dijo que fuera al seminario, pues allí me ayudarían a discernir una posible llamada al sacerdocio. Y aquí estoy.
SEGUNDO
- ¿Cómo te llamas?
- ¿Cuántos años llevas en el seminario y como te va?
- ¿Cómo fue lo de tu vocación?
- ¿Qué esperas del orden sagrado del diaconado?
- ¿Un vicio?
- Los demás dicen de ti…
- Te defines como…
- Tus aficiones
Fútbol, escuchar música, cine…
- Un libro, una pelicula y una canción que te gusten especialmente…
- Una persona que influyera en tu vida?
- Una frase evangélica que te marque?
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