Congreso de Vocaciones 2025: Un Nuevo Pentecostés para la Iglesia en España
Este Congreso ha sido una experiencia de Pentecostés , un tiempo de gracia en el que hemos sentido el soplo del Espíritu renovando nuestra Iglesia. Desde Madrid, este fuego no puede quedarse encerrado en un solo lugar.
¡Es hora de encender toda España con la luz del amor de Dios que sigue llamando!
El Congreso de Vocaciones 2025 ha sido una gran llamada de atención para toda la Iglesia en España. En un tiempo de desafíos y oportunidades, asumimos una responsabilidad ineludible: promover una auténtica cultura vocacional que renueve la vida cristiana y revitalice nuestra misión evangelizadora.
Sabemos que la vocación no es un asunto exclusivo de algunos, sino el núcleo mismo de nuestra identidad cristiana. Durante los próximos años, del 2025 al 2030, estamos llamados a centrar todos nuestros esfuerzos en redescubrir la vida cristiana como vocación y la Iglesia como comunión de vocaciones. ¡No es momento de rendirse! Es tiempo de confiar y de volver a lanzar las redes en nombre del Señor, con la certeza de que Él sigue llamando y enviando trabajadores a su mies.
Toda la pastoral de la Iglesia debe asumir un enfoque vocacional , porque nuestra identidad es ser asamblea de llamados para la misión. En este Congreso, hemos reflexionado sobre la importancia de la oración, la formación, el acompañamiento y el discernimiento como pilares fundamentales para suscitar respuestas generosas a la llamada de Dios.
No se trata solo de aumentar el número de vocaciones específicas al sacerdocio o la vida consagrada, sino de ayudar a cada cristiano a descubrir su vocación única y personal. Sacerdotes, consagrados, matrimonios, laicos y misioneros: todos tenemos un papel insustituible en la edificación del Reino de Dios. ¡Todos nos necesitamos! No hay vocaciones de primera o segunda categoría, sino una sola llamada a la santidad ya la entrega, vivida en distintos estados de vida y carismas.
La gran pregunta con la que salimos de este Congreso es clara y desafiante: ¿Cuál es tu vocación? ¿Para quién vive? ¿Para quién eres? No podemos quedarnos indiferentes. Cada cristiano es una misión, y nuestra mayor plenitud está en descubrir y abrazar el plan que Dios tiene para cada uno.
Con el corazón encendido y la mirada en el horizonte, asumimos el reto de llevar esta cultura vocacional a cada diócesis, parroquia, comunidad y familia. El Señor sigue llamando, sigue enviando, sigue confiando en nosotros.
¡Que no se apague el fuego de este Congreso! ¡Que sigamos lanzando las redes, confiando en Aquel que nunca deja de llamar!
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