Los Seminarios Mayores de la Diócesis de Ourense Profundizan en su Vocación con Ejercicios Espirituales

Que esta experiencia de ejercicios espirituales sea una fuente de gracia y fortaleza para su vocación, y que su testimonio de entrega inspire a toda la comunidad diocesana. ¡Que el Espíritu Santo ilumine y guía siempre el camino de estos futuros sacerdotes de Ourense!

En un ambiente de recogimiento y serenidad, los seminaristas de los Seminarios Mayores de la diócesis de Ourense participaron recientemente en unos ejercicios espirituales, un espacio dedicado a la reflexión y la renovación espiritual. Durante este tiempo de retiro, los futuros sacerdotes dejaron atrás el ritmo acelerado de la vida cotidiana para centrarse en el discernimiento profundo de su vocación y en la búsqueda de una mayor intimidada con Dios.

Bajo la guía de Don Fernando Del Moral Sacerdote de la diócesis de Madrid, y Don José Manuel Salgado, formador del seminario Divino Maestro, los seminaristas vivieron días marcados por la oración, la meditación y el silencio, elementos fundamentales para fortalecer su fe y clarificar su llamado al sacerdocio. Estos ejercicios representan un momento esencial en su formación, en el que se les invita a detenerse para escuchar la voz de Dios en su interior, reflexionar sobre su compromiso con la misión eclesial y renovar su entrega a la vocación sacerdotal. Es un tiempo para confrontarse con la verdad de su vida espiritual, examinar sus progresos y desafíos, y profundizar en la autenticidad de su respuesta a la llamada divina.

Además de la dimensión personal de estos ejercicios, la experiencia también fortalece la vida comunitaria entre los seminaristas. La fraternidad, el apoyo mutuo y la oración compartida enriquecen la convivencia, consolidando los lazos de hermandad que los unen en su camino hacia el sacerdocio. Este retiro no solo es un espacio de encuentro con Dios, sino también una oportunidad para que los seminaristas se acompañen y se animen en su misión común. Con el espíritu renovado y una fe fortalecida, regresan a su vida diaria, listos para continuar su formación con un mayor compromiso y dedicación al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios.

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