Ordenación sacerdotal

 

La vida del Seminario cobra todo su sentido cuando tenemos el gozo de anunciar una nueva Ordenación sacerdotal. Dios mediante, el día 5 de Junio a las 11:00h, el diácono don José Manuel Heras Prado será ordenado sacerdote en la Capilla del Seminario Mayor "Divino Maestro". 

Compartimos aquí su testimonio:

«Al verse curado, se volvió glorificando a Dios» (Lc 17,15). He escogido esta frase como lema para mi sacerdocio, ya que ha iluminado la historia de conversión que el Señor ha obrado en mi vida. Recién llegado de Barcelona a Ourense con tan solo 8 años de edad, mis padres abrieron un negocio de hostelería. Este negocio familiar nos hizo empezar de cero una nueva vida en Ourense. Aquí aprendimos que por muy grandes que puedan ser las piedras que se presenten en el camino, estando la familia unida, se vence con la gracia de Dios. Esto me hizo experimentar lo duro y hermoso que es ganarse la vida a través del trabajo ofrecido a Dios. 

Ese mismo verano de 1994, recién llegado a Ourense, estaba jugando con unos amigos al fútbol, el balón se precipitó por unas escaleras hasta llegar a un camino de tierra; cuando me dirigí a cogerlo, me salió al encuentro un sacerdote con sotana que al verme me preguntó sin más: "¿quieres ser sacerdote?". Mi respuesta no se hizo esperar y, sin saber qué respondía, contesté que sí. Me dijo: "¿cuántos años tienes?" Yo le contesté que tenía 8 años y el me invitó a pasar el Seminario Menor al cumplir 10 años. 

Los años pasaron y nunca más pensé en lo que había sucedido, pero ese recuerdo oculto en mi memoria comenzó a salir a la superficie en la etapa final de mi último año de Seminario. Desde la pregunta de aquel sacerdote hasta que entré al Seminario pasaron 20 años. Hay sucesos en la vida que, aunque parezcan insignificantes, son llamadas de Dios. 

Entré al Seminario Mayor con 28 años pero antes de ello trabajé como camarero, cocinero, repartidor de pizzas, reponiendo en un supermercado, etc. También trabajé en varias compañías de teatro en Madrid y en Barcelona. ¡El teatro es una de mis grandes pasiones!

Doy gracias a Dios por haber tenido un encuentro personal con Él y le doy gracias por haberme llamado a lo más grande del mundo: ¡ser otro Cristo, ser sacerdote! ¡Muchas gracias!



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