Los futuros sacerdotes: ¡«más pastores» y «más misioneros»!


La formación de los futuros sacerdotes es una de las tareas más importantes que lleva a cabo la Iglesia católica. En el año 2016 desde la Santa Sede ofreció una nueva guía para dicha tarea con el título El don de la vocación presbiteral. Recientemente, la Conferencia episcopal española publicó el nuevo Plan de formación sacerdotal para la Iglesia en España con el título Formar pastores misioneros. En él se lleva a cabo una descripción del contexto social, cultural y eclesial de la Iglesia en España. Se presenta a los jóvenes españoles llenos de vitalidad, solidarios y con muchas inquietudes sanas. Pero también se reconoce que son jóvenes mayoritariamente heridos afectiva y moralmente; una generación “hiperconectada” e inestable emocional y existencialmente. Se recuerda la importancia de una pastoral que sea toda ella vocacional  y asuma nuevos retos como la migración.

En este magnífico documento se nos propone una formación única e integral que abrace cuatro dimensiones: humana, espiritual, intelectual y pastoral. Todo ello marcado por un doble dinamismo comunitario y misionero. Se nos pie un cambio de mentalidad en los Seminarios. Frente a una lógica de cursos que se van superando a nivel académico, se propone una lógica de etapas en las que se va recorriendo un itinerario a imagen del que Jesús llevó a cabo con los Doce Apóstoles. A partir de ahora, se propone que los seminaristas recorran estas cuatro etapas en la formación inicial, la cual se haya además indisolublemente unida a la formación permanente: propedéutica, discipular, configuradora y pastoral. El objetivo principal es la formación del hombre interior y el criterio pedagógico fundamental es la gradualidad. El Seminario no es un mero espacio físico, sino un itinerario de vida. Hay también una nueva visión de la figura del formador que pasa a ser esencialmente un acompañante con la difícil misión de llevar a cabo un serio discernimiento. La renovación de los estudios y la nueva distribución de las asignaturas es también un punto importante a tener en cuenta.

También en Ourense se está llevando a cabo esta renovación en los Seminarios. Es de destacar la gran apuesta educativa del Seminario Menor en el que el acompañamiento personalizado de los alumnos ha pasado a ser algo prioritario. También se ha comenzado este año la nueva etapa denominada “propedéutica” que en la diócesis orensana abarca tanto los dos últimos cursos del Seminario Menor como el primer curso del Seminario Mayor. 
Junto a todo lo dicho se abordan otras cuestiones de capital importancia: la evaluación y acompañamiento por parte de psicólogos y otros especialistas; la renovada atención a la maduración de la afectividad; la presencia de figuras femeninas en la formación; la transición digital y ecológica; la necesaria inserción de los seminaristas en la vida de la diócesis; la unidad formativa entre el Seminario Menor y el Seminario Mayor; la capacitación para trabajar en equipo en una Iglesia sinodal; el reto de las vocaciones de adultos, las que provienen de nuevos movimientos y las que llegan de otros países; la renovación de toda la pastoral desde una cultura vocacional; etc.
No se trata solo de un libro de estudio para los formadores de los Seminarios o para los seminaristas, sino una guía para enfocar de un modo nuevo toda la formación sacerdotal. Sin duda, es de especial interés para todos los sacerdotes pero también para todos los cristianos que sintiéndose Iglesia no pueden obviar esta tarea esencial que es de todos. ¡Estamos ante un extraordinario desafío misionero y formativo que requiere la implicación de toda la comunidad diocesana!

José Manuel Salgado Pérez. Delegado episcopal del Seminario



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