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San Juan Pablo II

 

Celebramos con alegría la memoria del san Juan Pablo II. A la entrada de nuestra capilla, cada día acudimos al encuentro del Señor bajo la mirada de este santo. Él fue un sacerdote enamorado de la Virgen y apasionado por Jesucristo. Él nos enseña que Cristo es quien revela al ser humano el sentido de su vida. Con sus palabras y escritos ha arrastrado a muchos jóvenes al Seminario, entregándose generosamente en la vida sacerdotal. 

A san Juan Pablo II le encomendamos el Seminario y la obra de las vocaciones sacerdotales.  Que muchos escuchen sus palabras que hoy recordamos: 

«La evangelización requiere hoy con urgencia sacerdotes sacerdotes y personas consagradas. Ésta es la razón por la que deseo decir a cada uno de vosotros, jóvenes: si sientes la llamada de Dios que te dice: “¡Sígueme!” (Mc 2,14; Lc 5,27), no la acalles. Sé generoso, responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida.

Os doy mi testimonio: yo fui ordenado sacerdote cuando tenía 26 años. Desde entonces han pasado 56. Entonces, ¿cuántos años tiene el Papa? ¡Casi 83! ¡Un joven de 83 años! Al volver la mirada atrás y recordar estos años de mi vida, os puedo asegurar que vale la pena dedicarse a la causa de Cristo y, por amor a Él, consagrarse al servicio del hombre. ¡Merece la pena dar la vida por el Evangelio y por los hermanos!».
¡No tengáis miedo! ¡Abrid de par en par las puertas del corazón a Jesucristo!»