NOVENA INMACULADA 2018: DÍA CUARTO.
En la tarde del Primer Domingo del Tiempo de Adviento, celebramos en el Seminario el cuarto día de la Novena a Nuestra Madre Inmaculada. Empezamos bendiciendo la Corona de Adviento y encendiendo la primera vela de la misma.
En este día contemplamos a María en la Epifanía del Señor, en aquella manifestación a los Magos de Oriente. El Predicador, Don Aquilino (párroco de Santa Teresita), nos invitaba a que en estos días de la novena hagamos como un camino de acompañamiento a nuestra Madre, que no se quede solamente en un acto puntual de cada día, sino que debemos empapar todo el día, y los nueve días en un ambiente mariano. Con la certeza de que todo aquello que le hemos depositado a María en su corazón, ella nos lo devolverá con creces, con amor de madre.
En la tarde del Primer Domingo del Tiempo de Adviento, celebramos en el Seminario el cuarto día de la Novena a Nuestra Madre Inmaculada. Empezamos bendiciendo la Corona de Adviento y encendiendo la primera vela de la misma.
En este día contemplamos a María en la Epifanía del Señor, en aquella manifestación a los Magos de Oriente. El Predicador, Don Aquilino (párroco de Santa Teresita), nos invitaba a que en estos días de la novena hagamos como un camino de acompañamiento a nuestra Madre, que no se quede solamente en un acto puntual de cada día, sino que debemos empapar todo el día, y los nueve días en un ambiente mariano. Con la certeza de que todo aquello que le hemos depositado a María en su corazón, ella nos lo devolverá con creces, con amor de madre.